jueves, 5 de agosto de 2010

EL VIEJO CORAZÓN DEL FUTURO


EL VIEJO CORAZÓN DEL FUTURO

Hola, soy Miguel G. Díaz, autor de esta obra.

Nada me agradaría más que presentarles esta exposición, invitarles a que paren sus miradas, o mejor a que se sumerjan en medio de una imagen, un recuerdo o un sentimiento.

Los cuadros intentan evocar esas fotografías que todos guardamos con aprecio y nostalgia, capaces de tocar nuestros corazones pese a no conocer muchas de las miradas y sonrisas que amarillean positivadas en un papel con los bordes cuidadosamente recortados.

Desenfocadas y con encuadres verdaderamente extraños muestran la transparente humildad no sólo de lo fotografiado sino también del propio fotógrafo.

La exposición tiene un título: “El viejo corazón del futuro” y con él intento comparar desde una profunda admiración dos etapas de la vida de una persona.

El principio, cuando se es niño, con la inocencia y la ingenuidad del que empieza algo nuevo. Gestos, rasgos, la forma de ver el mundo y enfrentarse con las situaciones definen una vida enteramente feliz. Lástima que no se parezca nada a la realidad que más tarde nos tocará vivir a casi todos.

La similitud de ese principio con la recta final de nuestras vidas, hace que podamos ver a aquel niño que dejamos apartado mucho tiempo atrás.

Aparentemente todo ha cambiado, pero nosotros seguimos siendo los mismos y seguimos sin saber a que tendremos que enfrentarnos mañana. Las arrugas, las manos hinchadas con los dedos torcidos por la artrosis cuentan a gritos toda una vida llena de trabajo, de lazos atados y desatados, de cigarros que nunca tendríamos que haber fumado, de caricias, de golpes físicos y de los que más duelen, de puños que reivindicaron, apretones de manos que cerraron grandes tratos, alguna palmada en la espalda y muchos adioses, muchos, seguro más de los que un viejo corazón puede soportar sin que altere el ritmo de sus latidos.

Esa inocencia, paradójicamente llena de sabiduría, nos convierte en seres verdaderamente maravillosos.

“El futuro tiene un viejo corazón que nunca deberíamos olvidar, sería el último error de nuestra existencia. Somos lo que fuimos y seremos lo que somos”.




Dedico este trabajo a mis antepasados, en especial a mi abuelo Narciso Díaz, porque de alguna forma marcó el ritmo de mis latidos.


Año de realización: 2004


































miércoles, 4 de agosto de 2010

martes, 3 de agosto de 2010

INTIMIDADES COTIDIANAS DE MI MEMORIA


INTIMIDADES COTIDIANAS DE MI MEMORIA

Es ahora con 30 años cuando descubro el sentido de mis pasos y la dirección del camino que sin saber porqué decidí empezar algún día, no sé cual, ni cual fue el primer pensamiento pero sí la necesidad tan intensa de dibujar mi mundo.

Poco a poco se fueron grabando imágenes en mi memoria, las obras de maestros de la pintura que caían en mis manos ocupaban el primer lugar de mis sueños y pensamientos sin parar: las manos de José Rivera, los oscuros fondos y la luz tan localizada de Velázquez, los impresionistas, la destreza e imaginería surrealista de Salvador, la sensualidad de Klimt y Schiele…

Comencé a utilizar sus influencias en mí como un perfumista que mezcla sus esencias para conseguir un nuevo perfume que llene de sensaciones todo su interior.

Los años pasaban y descubría más y más maestros de la pintura que despertaban nuevas inquietudes artísticas y sobre todo la necesidad de contar mi propia historia.

Las obras realistas de Antonio López, Lucian Freud o Chuck Close hicieron que trabajase duramente en mis primeras obras realistas y empezase a admirar el oficio de pintor. Crecí como hombre y crecieron mis ganas y mis inquietudes, descubrí  la modernidad con Picasso, empecé a deformar lo que antes me había costado tanto formar. Jackson Pollock me enseñó la energía y el movimiento, la negación del accidente, la intensidad orgánica, Mark Rothko me impactó con sus campos de color y los muros de Tapies me enseñaron que no se trata de representar sobre superficies pictóricas, sino de sustituir esas superficies por historias que contar.

En medio de la deformación y la experimentación con la materia Kaifer y Barceló me devuelven a la figuración y llego al lugar que sin saber venía buscando desde el principio, el neoexpresionismo.

Comprendo la necesidad de mi búsqueda subjetiva como artista, de expresar mis experiencias y memorias frente a la realidad cotidiana y frente al arte anterior sabiendo que esta postura no es nueva y que se trata de una ficción.

Todo encaja, una figuración narrativa que no omite detalles, recrear mi mundo personal, mis experiencias vividas o imaginadas. Utilizar la memoria como punto de inflexión entre la realidad y la ficción. El espectáculo de mi intimidad cotidiana con el propósito de manifestar mi “yo” sobre la tela y mostrar mi territorio personal sin importarme su interpretación. Entender el laberinto de conceptos y sensaciones de mi presente y el grupo al que pertenezco o la minoría de la que participo.

          Esto y ver cómo los neoexpresionistas seleccionan imágenes de la tradición plástica y literaria y las encolan en su propia obra sin evitar la mezcla de estilos o conceptos me aclaran que de momento he conseguido mi perfume y me encuentro como nunca, libre para usar un lenguaje y contar lo que quiera como quiera.




Año de realización: 2007































lunes, 2 de agosto de 2010

BIOPSIAS

BIOPSIAS


Como el propio título indica, la serie “Biopsias” comienza con la extracción de una muestra de tejido para su posterior examen al microscopio. Hasta este punto mi trabajo no es diferente al de un científico en su laboratorio. La palabra biopsia es compuesta y procede del griego bio, vida, y opsia, ver. La traducción literal de la palabra sería ver la vida, y aquí es donde todo toma una nueva dirección.

Poco diferencia este de mis anteriores trabajos, la visión del mundo que me rodea y la esencia figurativa sufren ahora una metamorfosis dimensional en cada uno de los objetos (cuadros), cobrando así una nueva identidad física que me traslada a la abstracción.


Año de realización: 2007